domingo, 22 de julio de 2012

Urdangarín, Telefonica y su contrato


Yo no soy usuario de Telefónica, aunque la verdad es que las otras dos importantes compañías de teléfonos tampoco son como para tirar cohetes, que me tienen las tres hasta el mismísimo gorro.
Creo que si a mí me preguntaran a quienes votaría como lo peorcito de España, casi seguro que después de los Bancos, y aquí meto a todos sin excepción, estarían las compañías telefónicas, con diferencia.
Por cierto, a ver si antes de terminar me acuerdo de contar lo del banco ese nuevo que va anunciándose en las teles.
Ustedes se preguntarán que porque no meto a los políticos en los primeros de lo peorcito de España. Si pudiera decir "algunos políticos", los pondría los primeros, pero no quiero, porque no me parece justo, meter a todos en el mismo saco. Además tengo la sensación que en España existen muchas personas deseando que los españoles rajemos, protestemos y no creamos en los políticos en general, porque así ellos pueden sacar tajada y además la desconfianza en los políticos y en la política es el primer paso hacia el fascismo salvador.
Yo protestaré, criticare, no votare y hasta no creeré en algunos políticos, pero en algunos políticos con sus nombres y apellidos, pero no en la clase política en general, porque entonces sería como para quedarme en la cama y ni siquiera salir a la calle.
Me parece que estoy yendo por las nubes porque yo hoy quería hablarles de Telefónica y su decisión de renovar el contrato que tenía Iñaki Urdangarín de 2,7 millones de euros.
Creo que cada cual puede hacer con su dinero un sayo, repartir sus ganancias a costa de engañarnos a todos los usuarios, como les salga de los cataplines, que para eso son una empresa privada, pero lo que yo por lo menos no voy a hacer es dar ni un céntimo para que ese dinero se utilice en pagar a Urdangarín.
Como yo sé que no tardará mucho que reciba una llamada, casi seguro que será a la hora de la siesta, de una de las filiales de Telefónica contándome las excelencias de la empresa y ofreciéndome una de las muchas chorradas de oferta engañabobos que suelen hacer, les voy a decir simplemente:
- Señorita, apunte ahí lo que le voy a decir. Mire, a este número me hace el favor de no llamar hasta el día que no hayan rescindido el contrato a Iñaki Urdangarín. Apúntelo por favor.
Por cierto, que a ver si me recuerdan que les dedique otras palabritas un día estos a Orange, que también me tienen contento.
Yo no les voy a decir a ustedes lo que tienen que hacer, que ya son mayorcito para saber lo que quieren, pero me encantaría que cuando les llamen los de Telefónica no se priven de decirles lo que piensen, ah y si no tienen muchos problemas podrían cambiarse de compañía, aunque las otras dos sean otra birria, pero por lo menos le podemos dar donde más les duele, en el bolsillo.
Ahhhh, lo del banco. Que no se me olvide.
Pues resulta que hace tres o cuatro días veo un anuncio en la tele de un banco. Un banco que era lo más de lo más, el banco maravilloso, el banco que te permitía todo. Un banco que en su publicidad decía “Pruébanos sin compromiso”. ¿Cómo coño podemos probar un banco sin compromiso?. ¿Abrimos una cuenta por 15 días?. ¿Pedimos un préstamo a ver si cuela?.
Pero como yo ya en temas económicos y de bancos no me fio ni de mi padre, me puse a buscar  ese maravilloso, fantástico, ese banco inteligente, y después de unos minutos en Internet me encuentro con la sorpresa que EVO, que así se llama el banco con nombre de presidente sudamericano, no es otra cosa que un invento de Novagalicia Banco. ¿Lo sabía?. Si hombre ese que ha pedido perdón por las preferentes, el banco que más tiene, pero aquello de mucho te quiero perrito, pero de comer poquito.
Así que ya saben, cada cual que haga lo que crea oportuno, pero que no me vengan con monsergas de que es un banco nuevo, son el mismo perro con diferente collar publicitario.

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