Yo no soy usuario de Telefónica, aunque la
verdad es que las otras dos importantes compañías de teléfonos tampoco son como
para tirar cohetes, que me tienen las tres hasta el mismísimo gorro.
Creo que si a mí me preguntaran a quienes
votaría como lo peorcito de España, casi seguro que después de los Bancos, y aquí
meto a todos sin excepción, estarían las compañías telefónicas, con diferencia.
Por cierto, a ver si antes de terminar me
acuerdo de contar lo del banco ese nuevo que va anunciándose en las teles.
Ustedes se preguntarán que porque no meto a
los políticos en los primeros de lo peorcito de España. Si pudiera decir
"algunos políticos", los pondría los primeros, pero no quiero, porque
no me parece justo, meter a todos en el mismo saco. Además tengo la sensación que
en España existen muchas personas deseando que los españoles rajemos,
protestemos y no creamos en los políticos en general, porque así ellos pueden
sacar tajada y además la desconfianza en los políticos y en la política es el
primer paso hacia el fascismo salvador.
Yo protestaré, criticare, no votare y hasta
no creeré en algunos políticos, pero en algunos políticos con sus nombres y
apellidos, pero no en la clase política en general, porque entonces sería como
para quedarme en la cama y ni siquiera salir a la calle.
Me parece que estoy yendo por las nubes
porque yo hoy quería hablarles de Telefónica y su decisión de renovar el
contrato que tenía Iñaki Urdangarín de 2,7 millones de euros.
Creo que cada cual puede hacer con su dinero
un sayo, repartir sus ganancias a costa de engañarnos a todos los usuarios,
como les salga de los cataplines, que para eso son una empresa privada, pero lo
que yo por lo menos no voy a hacer es dar ni un céntimo para que ese dinero se
utilice en pagar a Urdangarín.
Como yo sé que no tardará mucho que reciba
una llamada, casi seguro que será a la hora de la siesta, de una de las
filiales de Telefónica contándome las excelencias de la empresa y ofreciéndome
una de las muchas chorradas de oferta engañabobos que suelen hacer, les voy a
decir simplemente:
- Señorita, apunte ahí lo que le voy a decir.
Mire, a este número me hace el favor de no llamar hasta el día que no hayan
rescindido el contrato a Iñaki Urdangarín. Apúntelo por favor.
Por cierto, que a ver si me recuerdan que les
dedique otras palabritas un día estos a Orange, que también me tienen contento.
Yo no les voy a decir a ustedes lo que tienen
que hacer, que ya son mayorcito para saber lo que quieren, pero me encantaría
que cuando les llamen los de Telefónica no se priven de decirles lo que
piensen, ah y si no tienen muchos problemas podrían cambiarse de compañía,
aunque las otras dos sean otra birria, pero por lo menos le podemos dar donde
más les duele, en el bolsillo.
Ahhhh, lo del banco. Que no se me olvide.
Pues resulta que hace tres o cuatro días veo
un anuncio en la tele de un banco. Un banco que era lo más de lo más, el banco
maravilloso, el banco que te permitía todo. Un banco que en su publicidad decía
“Pruébanos sin compromiso”. ¿Cómo coño podemos probar un banco sin compromiso?.
¿Abrimos una cuenta por 15 días?. ¿Pedimos un préstamo a ver si cuela?.
Pero como yo ya en temas económicos y de
bancos no me fio ni de mi padre, me puse a buscar ese maravilloso, fantástico, ese banco
inteligente, y después de unos minutos en Internet me encuentro con la sorpresa
que EVO, que así se llama el banco con nombre de presidente sudamericano, no es
otra cosa que un invento de Novagalicia Banco. ¿Lo sabía?. Si hombre ese que ha
pedido perdón por las preferentes, el banco que más tiene, pero aquello de
mucho te quiero perrito, pero de comer poquito.
Así que ya saben, cada cual que haga lo que
crea oportuno, pero que no me vengan con monsergas de que es un banco nuevo,
son el mismo perro con diferente collar publicitario.
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