El hecho ocurrió en China, en la
provincia de Zhejiang, en una tienda donde unos cacos intentaron entrar y por
fin lo consiguieron, por un huevo que hicieron en el techo.
La cámara de seguridad del local,
que a estas tiendas chinas no le faltan ni un perejil, dejó ver como los
ladrones después de varios porrazos consiguieron romper la vitrina de un
mostrador y se fue para unos lingotes de oro que allí parece que estaban
esperando que vinieran a cogerlos, pero ¡oh, chasco!, resulta que los lingotes
de oro por los que iban y con los que pensaban hacerse ricos, eran más falsos
que una moneda de tres euros.
No queremos ni imaginar el
sofocón que se llevarían los rateros al descubrir que después de la trabajera
el motín conseguido era de lo que aquí llamaríamos de las tiendas de los
chinos.
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