No sé si ustedes se habrán fijado,
y si no obsérvenlo a partir de ahora, que, a los promotores, a las
constructoras y a todo el que tiene que ver con la edificación de edificios les
gusta los nombres rimbombantes para los mismos. Todos vienen a ser príncipes, princesas,
infantas y todo parecido.
Si, sí. Yo no sé porque tienen
esa esa manía por ponerle nombres de nombres rimbombantes cargos, pero ahora
estoy pensando: ¿Se imaginan como deben estar aquellos que le pusieron al
edificio o construcción el nombre de Rey Juan Carlos o de príncipe Juan Carlos?
Seguro que andan como locos dándole
martillazo a los azulejos intentando quitarlo, por eso a veces es más bonito
ponerle un nombre bonito e incluso sencillo que uno rimbombante que nos haga
hacer el ridículo en todo el barrio.
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