martes, 4 de mayo de 2021

La verdad mentira

El problema de las palabras es que cada uno las entiende de una forma diferente y no es lo mismo una palabra o frase dicha en Andalucía, que la misma oída en Valladolid, Zaragoza o Cataluña, y me explico.

El otro día, a trozos y después por curiosidad en internet, vi en un programa de televisión a uno de esos tertulianos mamarrachos que decía en esa maquinita de la verdad que tienen en alguna cadena de televisión, que, por supuesto no voy a decir el nombre, que le hacían unas preguntas:

¿Tu escuchaste que fulanito le dijera hija de puta a menganita? Y esto lo repitió varias veces y sobre varios personajes.

Ese personaje tertuliano o lo que sea no aclaro el tono en que habían dicho la frase, porque en Andalucía podemos decir: hijoputa, qué grande es este tío. Hijoputa qué buena persona es o incluso el maricón qué cojones tiene y que guapo es, y no estamos insultando a nadie.

Al revés lo estamos halagando, pero claro la maquinita no entiende ni de tono ni de tona, que diría mi madre, y es verdad que le dijo hija de puta, pero no en el tono que el tertuliano mamarracho insinúa, por supuesto para llevarse la pasta.

A ver si se enteran los de esa cadena, los de esos programas, los de esas maquinitas que en Andalucía podemos decir a alguien el insulto más grande, hijoputa, cabrón, maricón, y no ser ningún insulto, sino todo lo contrario, y además no nos escandalizamos porque se le diga a alguien.

Y escribo esto porque preguntar, ¿Es verdad que fulanito llamó hijoputa a menganita? Aunque salga en la máquina que es verdad, puede ser una mentira más grande que la catedral de Cádiz.

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