domingo, 18 de diciembre de 2005

El Limbo

Joder, que disgusto. Si, un buen disgustazo el que me he llevado y demás con retraso porque resulta que ahora me he enterado que el papa Ratzinguer se ha cargado de un plumazo el lugar donde según mi profesor de matemáticas y de física y mi profesora de latín, me he pasaba mas tiempo durante mi adolescencia y juventud.
Hacía mucho que nadie me recordaba lo del Limbo, que ese era mi lugar deseado en las clases que no me terminaban de convencer, pero ahora cuando he leído que el papa lo ha hecho desaparecer me he llevado un buen sofocón, porque ya pierdo la oportunidad de ir alguna vez mas, claro que también perdí la oportunidad de estudiar matemáticas, física y latín y no pasó absolutamente nada.
Si quieren que les diga la verdad, ahora no recuerdo muy bien lo que era el Limbo. La verdad es que cuando tocaba catecismo yo también emigraba directamente al lugar hoy desaparecido hasta que el cabroncete de Don Luis o Don Julio, que no me acuerdo del nombre me devolvía al mundo terrenal de un catecismazo en la cabeza el muy…, bueno se va a salvar porque no me gusta ofender a difuntos y el profesor de catequesis cuando yo tenía 15 debía ya tener por lo menos setenta.
Después de aquello no había vuelto nunca mas a oír hablar del Limbo, hasta ahora que Ratzinguer se lo ha cargado de un plumazo, mire usted que cosas y a mi me pilló en Roma por los tejados del Vaticano en plan deshollinador de Mary Poppins.

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