domingo, 16 de abril de 2006

Los cantantes de ópera

Hace unos meses estuve en Roma y en el Pantheon a eso de las seis de la tarde me encontré con unos cuantos chavales jóvenes que vestidos de época anunciaban una opera que ellos mismos interpretaban en algún lugar de la ciudad.
Aunque estaba cerrado a esa hora el Pantheon, nos metimos bajo las columnas por guarecernos de la lluvia e iniciamos la intrascendente conversación que se suele comenzar con alguien que acabas de conocer en otro país, que te cuesta mucho entender y al que le preguntas por una calle, que es lo típico.
Pero en aquel caso me llamó la atención que uno de ellos cuando le pregunté por una calle cercana se llevó los dedos a la nariz y riéndose me dijo que aquella era la calle de la peste. Yo le preguntaba y el continuaba riendo y diciendo que era la calle de la peste, hasta que nos enteramos entre risas de todos que lo que quería decir es que esa era la calle de la peste porque en ella vivía Berlusconi. Después ontinuamos bromeando e incluso ellos nos dijeron que calles de España podrían apestar también, pero ya lo contaré otro día porque ahora no viene al caso.
La cuestión es que ahora, con las elecciones italianas y con el resultado que Berlusconi no acepta me he acordado de mis amigos italianos cantantes, o lo mismo solo eran figurantes, de opera que me encontré en el Pantheon y me los imagino totalmente enfadados en la Piaza del Popolo gritándome que ya me lo había dicho, que aquella calle era la calle de la peste por lo mal que huele la política italiana.
Pero amigos, no os preocupéis, porque una frase dicha hoy por Berlusconi me ha dado la pista de que ya está a punto de tirar la toalla y dejar que sea Prodi el que gobierne, y lo digo por una frase que encuentro hoy en un periódico que por lo visto ha dicho el ex presidente del Gobierno: “no hay vencedores, ni vencidos”. Cuando se dice esa frase malo, malo, malo para quien la dice, porque está intentando buscar un lugar donde meterse.

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