Banderita…

A la alcaldesa de Cádiz, Teo, Teo, Teo, hasta el nombre nombre lo tiene feo, que dirían los chirigoteros, se le antojó colocar en la capital una bandera de no se cuantos metros, grande, grande, ande o no ande, en conmemoración de la Pepa.
El acto preparado y en el momento de izarla el viento, el agua y el peso de la misma hicieron que el acto quedara fastidiado al romperse la bandera y ser imposible la subida. Horas más tarde se colocó otra bandera, esta vez más pequeña y ya sin celebración.
Has tenido suerte, Teo, que la Pepa sea unos días después del Carnaval, porque si no, no te libra ni la Caria, que dirían en Sanlúcar del cachondeo de la bandera que a la hora de la verdad decidió, con ayuda de los elementos, el viento y la lluvia, dejarte más tirada que una colilla.
- ¡Otra, otra!.
Ese debió ser tu grito, Teo, porque con nocturnidad y supongo que con alevosía apareció otra en la Plaza de Sevilla, eso si mas pequeñita, porque no era cuestión de retar de nuevo a los elementos, que diría Felipe II.
Pero no creas que te vas a salvar, Teo, que los chirigoteros tienen buena memoria y estoy convencido que el próximo Carnaval te darán la murga con la banderita de los vientos.