miércoles, 16 de abril de 2008

Don Berlusconi

Dice don Berlusconi, metiéndose en camisa de once varas que el nuevo gobierno de Zapatero es demasiado rosa. ¿Qué coño es rosa? ¿Qué significará demasiado rosa en Italia? ¿Significará un gobierno con muchas mujeres? Y yo que pensaba que eso de mirar a las personas por el sexo era más antiguo que las mamachichos.
No, a lo mejor se refiere don Berlu a la mayoría de programas de la televisión que tiene por aquí. No. No creo que se refiera a eso. ¿Se referirá a eso tan arcaico de rosa para niña celeste para niño? ¡Que chorrada!
Ahora que lo pienso, don Berlu, mientras escribo esto yo también llevo un chaleco rosa, ¿demasiado rosa o poco rosa? No se, simplemente rosa. Y un bolígrafo y un lapicero que están en la mesa también son rosas, debe ser que me gusta el rosa, y un cuaderno también. Ah, no el cuaderno no es rosa es naranja, que es otro de los colores que me gustan.
¿Sabe una cosa, don Berlu? Hace unos años estuve en Roma y recuerdo dos anécdotas que me llamaron la atención:
Nos encontrábamos a la entrada del Panteón de Agripa, en la Piazza della Rotonda, y allí se estaban un grupo de jóvenes cantantes que vestidos de época anunciaban la representación el día siguiente de una ópera. Nos dieron una publicidad y al oírnos hablar español uno de ellos nos dijo “Oh, Zapatero”, entonces llevaba poco más de un año gobernando, y en un italiano que medio entendíamos todos comenzaron a hablarnos de lo bien que había hecho España en retirar los soldados de Irak. Estuvimos charlando un rato, nos despedimos y cuando nos íbamos para la Vía del Corso, uno de ellos a gritos nos dice que no vayamos por ahí, ¡Nooooooo, peste!. No entendíamos lo que nos querían decir, pero los cuatro o cinco chicos y chicas gritaban lo mismo y nos señalaban que fuéramos por la Vía del Seminario y no por la otra. Al final entre risas nos dijeron que no fuéramos por la otra calle porque llegaríamos al Palazzo Chigi, y eso no debíamos hacerlo, que allí estaba Berlusconi. Como se pueden imaginar todos nos moríamos de risa en medio de la calle.
La segunda me ocurrió en un bonito hotel donde estábamos, el hotel Capo de África, que de verdad que lo recomiendo a quien vaya a Roma.
Por esa manía que tienen todas las mujeres en convertirse en mis madres y cuidarme, las italianas no iban a ser menos y así la camarera del desayuno se convirtió en mi mamma italiana y todas las mañanas me decía que debía probar unas ciruelas secas que había metidas en un licor, supongo que amaretto. Así cada mañana medio me obligaba a coger las ciruelas, pero todos los días me repetía que debía coger tres o cinco, non pari sempre dispari. Así que comencé a tenerle un poco de manía a los números pares y a gustarme los impares, con lo que me alegro que Zapatero haya elegido 9 mujeres, y tenga cuidado, que eso de tener sólo cuatro mujeres ministras no debe ser bueno, que ya me lo decía mi mamma italiana: Non pari, sempre dispari.
Anda coño, mientras escribo estas notas aparece en televisión con el Loco de la Colina, Julio Anguita y dice que el pueblo italiano se ha equivocado al votar a Berlusconi. Una opinión respetable, como una opinión es la de don Berlu, sólo una opinión.


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