martes, 20 de mayo de 2008

Las sentencia

Debe ser que yo soy un poco maniático y cuando me da por una música termino quemando el CD, pero sigo pensando que la Justicia ha sido un tanto injusta al fallar el caso de Telma Ortiz y que han primado los intereses de los poderes fácticos de los medios de información ante una persona que no desea verse hoy si y mañana también en la portada de una revista.
Que una juez pueda decidir en un auto que yo soy una persona pública, lo considero simplemente una aberración. ¿Estaré cometiendo desacato?
La Libertad de Expresión me parece un derecho tan importante, que ha costado tanta sangre, sudor y lágrimas a tantas personas, que además puede servir para hacer tanto bien, que no concibo que se pueda utilizar para dirimir si los periodistas tienen derecho o no a fotografiar el color de las zapatillas de nadie o con quien se acuesta Fulanito, por muy famoso que sea ese Fulatino y por muchos puntos que pueda subir la audiencia, que al final todo se convierte en audiencia.
Claro que ahora salen como defensores de la libertad de expresión los tomateros que se olvidan que la libertad de ellos acaba cuando comienza la del otro y el deseo o no de aparecer en televisión.
Como ya esta muy visto lo de la prostituta que vende cuando quiere, y cuando se le obliga se llama violación, voy a tener que poner otro ejemplo:
Si yo voy a una playa nudista y allí me despeloto, corro el peligro que cualquier cámara fotográfica pille mis vergüenzas al aire, pero si servidor se va a una playa normal y corriente y por cualquier desgracia termino sin bañador, os aseguro que si a algún gracioso se le ocurre hacer una foto a mis huevos, el fotógrafo termina en el primer juzgado que me encuentre.

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