sábado, 20 de septiembre de 2008

La ley del embudo

Siempre me pareció muy acertada la frase que nos dice que una verdad a medias es la peor de las mentiras, y está ocurriendo eso con las televisiones, radios y prensa en general.
Ayer nos sorprendía Telecinco con una noticia propia, en la que también estaba implicada la Sexta y es que un juez de Barcelona ha fallado que la Sexta no podrá emitir imágenes de Telecinco en sus programas, sobre todo en Sé lo que hicisteis, que es el que más les duele porque los deja un día sí y otro también en el más absoluto de los ridículo.
Hasta aquí todo bien y por supuesto está en su derecho Telecinco en denunciar lo que crea que lesiona sus derechos, pero lo que no está nada bien es que nos engañen, ni la hipocresía y me explico:
1) Después de leer la noticia, el locutor del informativo soltó una frase parecida a “a partir de mañana la Sexta no podrá emitir imágenes de Telecinco”. Pues no señor presentador, eso no es una verdad a medias, sino que es una mentira como un camión porque primero el juez no ha estimado las medidas cautelares para que no puedan emitirse las imágenes y segundo porque la sentencia no es firme ya que contra la misma cabe recurso de apelación en el plazo de cinco días ante la Audiencia Provincial de Barcelona. ¿Es una mentira o no? Pero vamos que como se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, el lunes podremos ver si Se lo que hicisteis emite imágenes de Telecinco o no.
2) La parte hipócrita llegó a medianoche de ayer mismo, no hizo falta esperar más, porque cuando servidor estaba haciendo zapping de cadena en cadena se encuentra con Telecinco y un programa que lleva por título “El coleccionista de imágenes." Y he aquí que cuando comienzo a verlo me encuentro, ¡coñoooo!, que no era otra cosa que un recopilatorio de imágenes de otras cadenas, con su guión y todo, aunque sin que tenga presentador en pantalla.
Es decir que según Telecinco ellos si pueden emitir e incluso hacer programas con imágenes de otras cadenas, pero los demás no. Eso en mi pueblo lo llaman la ley del embudo, lo ancho para mí y lo estrecho para los demás.

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