La, la, la

Hasta hace unos años estuve haciendo algunos programas de televisión en una tele local. Nada del otro mundo y más bien cutre, con pocos medios, y no sé si mucho ingenio, pero hoy meditaba en que haría yo si mi jefe de la tele me dijese que tenía que cantar el la la la en el baño de la emisora o que me obligara a salir de rodillas, castigado, y rezando a un santo que había llevado el público presente.

- Cohone, es que a ti con lo que te pagaban tampoco te iban a obligar a hacer el ridículo.
Ah, po si, debe ser eso, pero no estoy yo muy convencido que si pagaran un poco mas lo hiciera.
- Por dinero tú cantas en el retrete hasta la traviata.
Gracias por tener tan alto concepto de mí.
- Hombre, tú y hasta el lucero del alba.
Oye, ¿pero tanto le pagan a esa gente para que hagan el ridículo de esa forma?
- Es que tienes un sentido del ridículo un tanto desarrollado. ¿Porque va ser ridículo cantar el lalala en el water?.
No se, debe ser que yo en lo de los wateres soy bastante tímido y me gusta sentarme con la puerta cerrada a cal y canto.
- ¡Estrecho!.
Si, pero no has contestado a mi pregunta. ¿Cuánto gana esa gente?.
- Supongo que un dineral.
¿Por hablar de la Esteban y la Campanario?.
- Si, y de la sobrina de Rocío Jurado.
Oye que se me está ocurriendo que si tú y yo hacemos unos videos hablando de la Esteban y la Campanario y los colgamos en esta página nos podemos forrar.
- Ves como en el fondo eres un chusmilla mas. Hace unos segundos criticabas el lalala en el retrete y como sigamos hablando te veo en el water cantando el lalala y con una escupidera en la cabeza.
¿Llegaría publicidad?.
- Que no pesado, que eso es muy complicado.
Nada, po lo olvido, pero lo mismo puede tener éxito.
- Oye, sabes lo que se me ha ocurrido, que como encuentre las cintas de algunos de esos programas cutres que tú hacías los mando para los programas de zapping.
Jajajajaja, a quien va a interesar eso….
- Pues a los mismos que les interesa ver a la una mujer de pelos amarillos cantando el lalala en un wáter.
¡Ni se te ocurra!. Eso es un pecadillo de juventud y me daría mucha vergüenza verlod.
- Otra razón para mandarlos.
¡Chusma!