domingo, 9 de mayo de 2010

Corrupción I

Nunca entenderé como algunos juicios se alargan tanto en el tiempo, convirtiéndose en infinitos, haciendo que el fin que debe tener la justicia quede en muchas ocasiones diluido por el paso de los años.
Por supuesto que me estoy refiriendo a las causas de corrupción, que deberían enclavarse dentro de los llamados juicios rápidos, que en unos meses estuvieran liquidados.
¿De qué coño sirve que un encausado por corrupción se lleve diez o quince años disfrutando de todo aquello que consiguió por métodos ilícitos?. ¿De qué sirve que tarde tantísimo tiempo y que muchos de las causas o parte de ellas prescriban?.
¿No sería más lógico que los jueces y fiscales anticorrupción, y todos los demás, fueran diligentes y el fin de la justicia fuese mucho más eficaz?.
Es que muchas veces tengo la sensación de que la justicia juega a favorecer a esos pejes que andan por nuestro país esquilmándolo, mientras que es especialmente dura con los más débiles.


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