Los periódicos, la radio y la tele me informan de la noticia de que "Salen de las cárcel las dos hermanas que obtuvieron la libertad a cambio de un trasplante de riñón".
Hasta aquí la noticia, pero cuando termino de leer el texto me empiezo a poner un poco nervioso, por varias razones:
Si nos fijamos me entero que el riñón era de una hermana y que iba a ser trasplantado a la otra, que no es que haya ido dando el órgano a otra persona. Me informo que las señoritas lo que habían robado eran como ocho euros y medio hacía dieciséis años, aunque lo hicieron a mano armada, pero nadie sufrió ninguna herida.
Claro que la parte de la noticia que me deja de piedra es la razón por la que el gobernador republicano de Misisipi, Haley Barbour, decidió ponerlas en libertad: Simplemente porque le cuesta al Estado unos 200.000 dólares anuales, y no está la cosa para mantener presos en las cárceles.
Me alegro por las hermanas, por la que está ahora con riñón nuevo, y por las dos por haber salido de la cárcel, pero me temo que como comiencen a ver lo rentable o no de mantener a alguien en prisión, pronto estará todos los presos en la calle, porque la verdad es que cuestan un riñón.
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