viernes, 8 de noviembre de 2013

Mortadelo y Filemón, agencia de información

Ártículo publicado el sábado 2 de noviembre en el periódico Sanlúcar Información.



Llevo unos días negro tiznado con eso de enterarme que gobiernos y sus espías andan como locos intentando enterarse de con quién hablo, que le digo, cuánto tiempo hablo y hasta si me toco los cataplines mientras estoy al teléfono.
Creo que si las agencias de información de Mortadelo y Filemón supieran la cantidad de choradas que yo hablo o las pamplinas que pongo en los watsapp, ni se molestarían en pinchar, que antigüedad escribo, porque ahora ya tienen unos sofisticados métodos informáticos que les dice todos los datos de cientos de millones de personas en el mundo. ¡Qué cosas!. Ahora que lo pienso, si tan interesados están en saber mis conversaciones, y la de los demás mortales, lo lógico sería que el teléfono lo pagásemos a medias. ¿No les parece?. Así que estoy pensando que mañana le voy a mandar a mi compañía de teléfonos un correo electrónico diciéndoles que la mitad de mi factura se la pasen a la Agencia Nacional de Inteligencia estadounidense, al Centro Nacional de Inteligencia Español o a la madre que los parió a todos.
Es que esto del control de las comunicaciones por partes de las agencias esas secretas me suena a Gila y su teléfono negro: ¿Es el enemigo?.
Y me viene a la mente aquella escena en donde Gila habla con el director del colegio de su hijo que en la factura ha puesto “seis pesetas por desgaste de patio”, y Gila le dice aquello de “pues eso lo deberíamos de pagar a medias, porque a mí también se me desgasta el niño”.
¿Y no te cabreas?, podría preguntar alguien. Pues no, ya ni me cabreo y simplemente me parece tan absurdo que un gobierno esté intentando cotillear a los ciudadanos de unos pocos de los países, y más absurdo que otros gobiernos en plan chivato de la clase cedan los datos de las personas que los votó para representarlos, que lo mejor creo que es tomármelo con humor y no cabrearme.
¿Pero tú crees que eso es posible que lo hagan?. Ufffffff, eso y más, y lo peor es que encima te lo dicen de forma que tienes que estar eternamente agradecido porque lo hacen por tu bien, por el bien de tu país, por el bien del mundo mundial. ¿Alguien es capaz de creerse que entre tantos miles de millones de llamadas esa gente van a ser capaces de descubrir nada que salve el mundo?. Creo que es simplemente el cotilleo, por el cotilleo, puro y duro: Vamos a enterarnos a que gimnasio va la Merkel, con quien merienda Rajoy o que hace antes de acostarse Zapatero. Lo demás pamplinas.
¿Alguien se imagina a los terroristas contando por teléfono o por correo electrónico lo que van a hacer?. Y si lo dicen será de una forma más sutil, que sería muy complicado descifrar. Vamos, que no creo que sabiendo a quien llamo y cuanto hablo se enteren de nada.
Creo que alguna vez he contado que en un momento de mi vida hubo una situación en la que una persona, no sé si por casualidad o por estar todo el día con la oreja pegada a la puerta, se enteraba de todo lo que hacíamos un grupo, o a lo mejor era simplemente casualidad un poco paranoide por nuestra parte, pero una amiga me decía que lo que teníamos que hacer era cada vez que descolgáramos el teléfono decir: ¡Una mierda pa el que escucha!. Pues yo a partir de ahora cuando descuelgue el teléfono no sé si voy a decir esa frase, pero en ingles.
Ah, y felices Santos, que después de la putada no voy a ir por la vida diciendo lo de Halloween y otras chorradas. Además que me gustan más las castañas, nueces y peros, que las calabazas.

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