domingo, 12 de enero de 2014

Indultos



Artículo publicado ayer sábado en el periódico Sanlúcar Información.

Cuando veo la tele, escucho la radio o leo los periódicos, a veces, algunas veces, tengo la sensación que o yo soy tonto de remate, o en este país algunos saben más que Brijan, que algún día les contaré quien era el señor O’Brian, que aquí bautizamos como Brijan. Claro, que tan tontos como yo, o barrigas agradecidas, deben ser todos aquellos juntaletras que se callan y miran para otro lado.
Me estoy refiriendo a la poquísima vergüenza, porque no se puede llamar de otro nombre, que tienen algunas personas para atreverse después de haber cometido un delito a pedir que el Rey, a propuesta del Ministerio de Justicia, previa deliberación del Consejo de Ministros, le conceda el indulto, y encima mientras solicitan que no se cumpla la pena impuesta, debe ser porque se consideran o muy listos o muy buenos.
En la descripción de la palabra indulto dice: “Es una medida de gracia, de carácter excepcional,…”. ¿Dónde está  la excepcionalidad para que lo puedan pedir Jaume Mata, José María del Nido, el ex alcalde de Torrevieja o hasta el torero Ortega Cano?. Si no fuera por lo histérico que me pone este asunto, hasta me mearía de la risa, pero no es plan de reírse de algo tan serio.
Pero no crean, que a lo mejor hasta cuela, que a lo largo de los últimos tiempos hemos visto como se libraban de la cárcel un montón de gente, en mi opinión de forma injusta, y gobernando todos, unos, otros y los de la moto, que parece que aquí todos tienen compromisos cuando hay dinero o poder de por medio.
¿Dónde coño está la excepcionalidad para que esos y otros señores se libren de la cárcel y hasta de pagar, para que un gobierno, cualquier gobierno diga que no hace falta que cumplan una pena, aunque sean unos delincuentes condenados en sentencia firme?.
Entendería, comprendería y hasta justificaría el indulto de un padre o madre que roban para dar de comer a sus hijos, porque es algo excepcional, pero nunca entenderé, comprenderé, ni justificare que se pueda indultar a una persona que ha robado con el único fin de atesorar dinero, y mucho menos si ese dinero es público.  Se me ocurre que lo que deberían hacer es pedir el indulto a Jesús el Rico, de Málaga, aunque no creo que se atrevan porque podrían terminar corridos a latigazos.
Creo que cuando una de esas personas, u otras con delitos parecidos, pidieran el indulto debería de haber un funcionario público que inmediatamente le mandara un telegrama, o un burofax, que es más moderno que dijera algo así como, “Oiga, que le zurzan”. Eso porque uno es fino y no quiere  decir una barbaridad en un periódico, pero que pensar lo pienso, igual que seguro que también lo piensa usted.
Como tampoco entenderé que se pueda indultar a una persona  que ha quitado la vida a otra persona. ¿Qué pensará la familia del fallecido?. Debería ser imprescindible que estuviese la firma de los familiares directos de la persona muerta para poder solicitar un indulto.
Y en Sanlúcar leo en la prensa en la misma página los siguientes titulares: “El Ayuntamiento impulsa los actos de conmemoración del V Centenario” y “El PP llevará al Pleno una iniciativa de impulso al V Centenario”. Me parece estupendo que estén de acuerdo, porque así todo irá mejor, pero de camino le podrían enviar al Gobierno de España una carta, escrito, fax o lo que sea interesándose por la razón que le llevó a quitar lo que ya estaba aprobado, que no se si me explico.

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