Llevo unos cuantos días mordiéndome
las teclas, a pesar de tener muchas ganas de comentar lo que está sucediendo en
el PSOE, pero hoy después de la rebelión de los diecisiete no sabía si seguir
jugando al Magic Haven o escribir unas palabritas y ya he decididito que va a
ser aquello de a tomar por culo, dijo David tirando el arpa, el que quiera
música que se rasque los cataplines.
Porque después de lo de esta
tarde, ¿qué debo hacer yo?:
- ¿Me callo la boquita y que cada
cual haga lo que le dé la gana?.
- ¿Me voy para Madrid el sábado y
formo el espolio?
- ¿Presento yo también un papelito
diciendo adiós muy buenas?.
- ¿Apoyo a los que se van?
- ¿Apoyo a los que se quedan?.
- ¿Canto la canción de Susanita
tiene un ratón…?.
- ¿Le corto las venas a dos o tres,
o diecisiete?.
- ¿Me tengo que conformar con el
cachondeito de los del PP y los Podemos por lo que está pasando?.
- ¿A quién tengo yo como militante
que hacer caso ahora?
- ¿A quién tengo yo que reconocer
ahora, a la ejecutiva o a los que no reconocen a la ejecutiva?.
- ¿Me pongo a ver el Gran Hermano y
que los zurzan a todos?
Ahora estoy yo en un sin vivir en
mí, porque resulta que a uno que le gustaba Madina, se dejó convencer para
votar en las primarias a Pedro Sánchez, y ahora que me estaba convenciendo
vienen los mismos que me convencieron y me dicen que no lo quieren. No sé si
descubro algo con esta frase, pero me la reflanflifa.
Aunque creo que al final voy a
apoyar a los de la rebelión de los 17, pero solo por una frase que dice mi
madre: Estoy tan acostumbrada a perder, que cuando gano me enfado.
Los apoyaría para ver si esta vez
se cumple. ¿O no debo escribir esto y estar ni al frío ni al calor, es decir cero grado, como van a hacer muchos?.
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