Desde luego comprendo que lo de
planchar o doblar la ropa es una de las tareas mas jartibles que puedan existir,
aunque alguna gente dice que les relaja.
Yo, la verdad, es que nunca he
planchado, o si he planchado algo ha sido un verdadero desastre, porque la ropa
me sabe fatal y yo acabo de los nervios.
Pues debemos aprender de todo, me
diría alguien, pero yo desde que me jubilé he aprendido a ponerme sólo ropa que
no se arruguen, y hoy veo en los medios de comunicación que han creado, en
Estados Unidos y por lo visto sólo para la gente de Estados Unidos, por lo
pronto, los de los demás países que se jodan planchando, una máquina que ella
solita plancha y dobla. Todo un invento.
No estoy yo muy convencido que me
comprara una a 820 euros, más impuestos, y después tener que buscar espacio
para otro tiesto, porque imagino que será grande, no como una caja de zapatos
que la metes en cualquier sitio.
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