Leo que un avión noruego se vio obligado a aterrizar de
urgencia, porque había un problema en el wáter.
Esto, que podría ser algo cotidiano y normal, resulta
curioso cuando nos enteramos que en ese avión viajaban nada más y nada menos
que sesenta fontaneros, que eran de la compañía noruega Rorkjop, que realizaban
un viaje de empresa, aunque parece que ninguno de ellos pudieron resolver el
problema.
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