sábado, 13 de julio de 2002

Cola cao Turbo

¡Que disgusto tengo!. Y no es para menos, pues resulta que ayer mi mami se fue al Carrefour-Pryca que hay en mi ciudad, bueno en mi ciudad no, que no es tan importante como para tener un Carrefour-Pryca-Continente y nos tenemos que conformar con el eco de toda la vida, que puede ser todo lo humano que tu quieras, pero coño también se cansa uno de ver todos los días la misma cajera. Como os decía, mi madre fue al Carrefour de la ciudad vecina, que si tiene su Carrefour y todo, y cuando volvió observe que entre lo comprado venía mi deseado cola-cao. ¿Qué puede hacer una persona sin cola-cao?.
Ya nada mas verlo, al descargar del coche a la casa las doscientas treinta y dos bolsas me pareció notar algo extraño, raro en la caja, pero no dije nada, mas que nada por no molestar. Además pensé que últimamente ya las cajas de cola-cao no las conocen ni dios, con tanto regalito, oferta y promoción, y cada vez menos polvos, con perdón.
Pero a lo que iba. El disgusto fue enorme cuando abrí, ya en la cocina, la bolsa y descubrí que el cola-cao, mi cola-cao de toda la vida, había sido cambiado por mi madre por una caja de algo que se llamaba algo así como cola-cao turbo, que el nombrecito está muy bien para un coche o una moto, pero no para el cola-cao. Era que mi madre, moderna ella, había decidido que probara este, porque seguro que era mas bueno y además rápido. Claro con ese nombre tenía que ser mucho mas veloz. ¿Veloz en que?. ¿Quién le había dicho a mi madre que a mi me gustan los polvos rápidos?.
A ver si nos enteramos que a mi lo que me gustaba de mi cola-cao, del cola-cao de toda la vida es tenerme que llevar hora y cuarto dando vueltecitas con la cuchara, porque además me gusta con leche fría y sin azúcar. Lo que verdaderamente me ha encantado del cola-cao son esos grumitos imposibles de deshacer por muchas vueltas que le des y que al final me tenía que comer con la cuchara. ¿Para que quiero yo un cola-cao con polvos mágicos?. Un cola-cao con polvos mágicos que desaparecen en medio de la leche por arte de birli birloque.
¿Qué es esto?, pensé. Eche un vaso de leche fría, puse tres cucharadas del cola-cao turbo ese y chassss. Por arte de magia desapareció en unos segundos poniendo la leche de color chocolate. ¡Mamaaaaaa!, ¿Mis grumitos?. ¿Dónde están mis grumitos?. Dios, no quedaba absolutamente nada en la superficie y la cuchara estaba totalmente limpia de polvo y grumo, un poco oscura pero limpia.
Os aseguro que fue una de esas decepciones que te da la vida, una decepción como cuando me entere que los reyes magos son papi y mami, el ratoncito Pérez mas mami que papi y que el amor de toda la vida tiene ya con quien jugar.
Desde aquí reivindico el turbo para el coche fantástico, adelante kid, y quiero mi cola-cao con grumitos y con espumita.

1 comentario:

Capricano dijo...

Muy divertido hilarante y entrañable. Hay que reconocer que entre el cola-cao turbo y que ya ni los preservativos tienen gluten la vida no es igual...