1º creo que es interesante lo que cuenta.
2º Hay tontos que tontos nacen, hay tontos que tontos son, y hay tontos que de tanto hacer el tonto vuelven tontos a quien no lo son.
3º Como es mi blog me permito el lujo de poner todo aquello que estime oportuno.
De todas formas les recomiendo que lean el artículo completo y lo pueden hacer pinchando en el siguiente enlace.
De todas formas, en eso del disparate mis ídolos son los asesores lingüísticos dela Junta de Andalucía; sin duda la comunidad autónoma que con más entusiasmo practica la farfolla parlanchina. Cualquier lectura de su boletín oficial depara momentos hilarantes, e incluso laxantes. Muy recomendable, si a uno le gusta pasar buenos ratos echando pan a los patos. La última perla corresponde al flamante Estatuto andaluz. Después de consultar con la RAE la oportunidad de utilizar lo de «diputados y diputadas, senadores y senadoras, presidente y presidenta, aceituneros y aceituneras altivos y altivas» y todo eso, y recibir un detallado informe de por qué, además de una imbecilidad, es incorrecto e innecesario –el uso del masculino genérico no responde a discriminación ninguna, sino a la ley lingüística de la economía expresiva–, la comisión constitucional del Congreso de los Diputados y la delegación de parlamentarios andaluces han decidido, naturalmente, prescindir del dictamen académico, por no ajustarse éste al tonillo demagógico que le buscan a la cosa. Y ahí tienen a la Junta de Andalucía, impasible el ademán, dispuesta a cambiar una vez más, por su cuenta y por la cara, la lengua común que veinte siglos de cultura e historia han dado a quinientos millones de personas. Ele. Por la gloria de su madre. Y de su padre.
2º Hay tontos que tontos nacen, hay tontos que tontos son, y hay tontos que de tanto hacer el tonto vuelven tontos a quien no lo son.
3º Como es mi blog me permito el lujo de poner todo aquello que estime oportuno.
De todas formas les recomiendo que lean el artículo completo y lo pueden hacer pinchando en el siguiente enlace.
De todas formas, en eso del disparate mis ídolos son los asesores lingüísticos de
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