domingo, 24 de junio de 2001

En el trabajo

La situación en la que transcurrió esta historia que les voy a contar, que por supuesto no me pasó a mí pero que me podría haber pasado si en mi trabajo tuviese Internet, es la siguiente:
Yo llevo ya unas horas en el trabajo delante del ordenador, estoy tan obnubilado en la pantalla que no llego a descubrir como una sombra se acerca por detrás, de forma traidora y de pronto me percato de que ya es demasiado tarde. Lo que nunca pensaba que pasaría ha sucedido. Aquello que tanto temía ha pasado. Lo que me había imaginado muchas veces como algo imposible, es realidad.
La fatídica y amenazante sombra es de mi jefe, el que está delante del ordenador yo, y la protagonista de la pantalla del ordenador no solo no lleva ninguna ropa, sino que toca suavemente la cosita, por llamarlo de alguna forma, de un señor, que también esta desnudo.
¡Alerta, alerta, alerta! Es demasiado tarde, llegó la hora de encontrar una buena excusa que sirva para evitar el despido por mirar cosas ajenas.
Les aseguro que de mi boca salieron muchas, que no se como se puede ser tan gilipollas, pero estas son las únicas que recuerdo:
- ¿Ah, pero es una página de tías?
- ¿Las páginas porno pueden aparecer solas?
- No me había dado cuenta. Habrá sido uno de esos baners que aparecen cuando le das a una página gratuita.
- ¿Quién coño ha tocado este ordenador?.
- ¿Cómo puñetas ha podido aparecer esto aquí?
- Esto no es normal. Estoy intentando entrar en la pagina de el banco y mira lo que sale. Pero mira no están mal.
- Tendré que llamar al programador.
Si las anteriores son poco menos para que le den a uno cuatro guantazos, no por nada, sino por gili. Estas tres ya son para matar al que la diga:
- La verdad es que no se como se me ha ocurrido entrar….
- Estaba probando y sin darme cuenta mira donde he llegado.
- Entré, pero yo normalmente este tipo de páginas no las suelo mirar.
También cabe la posibilidad de que el señor de la pantalla fuese un señor, pero que la señora fuese otro señor, y la cosita dos cositas. No se si me entienden. Pues para esa situación, que no tiene porque ser extraña también hay una frase.
- Le juro por mis muertos que no se como ha aparecido esta pagina aquí. Además de tíos. Con lo que a mi me gusta una buena tía.
Lo que no debe decir nunca es.
- ¿Le gusta a usted?
Si no esta seguro que a su jefe le puede gustar alguno de los dos de la pantalla, cosa que ya habría notado, porque puede terminar además de en la calle con dos, ¿yoyas se dice?

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