lunes, 12 de mayo de 2008

En Toledo

Hoy es el día más indicado para hablar de Toledo, Telma, jueces, abogados y periodistas.
Si yo fuera hermana de una princesa, cosa difícil o imposible a estas alturas, les aseguro que también me daría un porculo horroroso tener que soportar a todas horas a los jartibles periodistas, paparaziz, cámaras, cronistas y hasta la gente de la calle que lleva móviles con cámaras para fastidiar a los demás.
Y dicen los periodistas que la Constitución les defiende, les avala y hasta se convierte en garante de sus reportajes-chorradas sobre las zapatillas de casa, la hora que da teta a la niña o si salió por la puerta de delante o de atrás.
Se supone que la Constitución es la que garantiza la libertad de todos los ciudadanos de un país, y por lo tanto nunca se puede convertir en espada de Damocles de ninguna persona, por mucho que a los televidentes nos entretengan las tonterías, pamplinas y chominadas que cuentan en sus programas los que se dedican a lo han dado en llamar “del corazón”, que no es más de las vísceras o de la entrepierna.
Espero que Telma tenga suerte en Toledo, aunque la verdad es que ocurra lo que ocurra saldrá puteada, porque ya lo dice la antigua frase: “La única maldición que echo es que tengas pleitos y los ganes”.
Nota: Por coherencia, y por lo que pueda suceder no pongo ninguna foto de Telma Ortiz con esta entrada, no sea que acabe también en Toledo. En su lugar pondré la espada de Damocles, que se que no me va a denunciar.

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