Que Zapatero haya aceptado ir al Desayuno Nacional de la Oración, una tradición americana, es tan normal como que muchos presidentes o jefes de Estado hayan aceptado en algún momento venir a ver la semana santa española, una tradición cristiana. ¿Que pensaríamos si el presidente del Reino Unido se negase a visitar nuestra semana santa? Pues el año pasado estuvo Tony Blair en ese mismo desayuno.
Una cosa son las tradiciones, tradiciones simbólicas y a lo mejor hasta sin sentido, y otra muy distinta es que en España, que es un estado aconfesional, la iglesia católica quiera tener el poder y la supremacía de lo que se hace y se gobierna.
Tradiciones, todas las que quiera, pero gobernar, gobernar, para todos y sin ninguna interferencia religiosa.
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