sábado, 14 de abril de 2012

¡Pobres elefantes!


Como si no tuviéramos ya bastante en España con el riesgo de las primas, con las bolsas mas hundidas que el Titanic, con la Merkel presionando, Sarkozy comentando, la Comisión de la Unión Europea en plan metomentodo, la presidenta Argentina chantajeando, otros pocos dando por saco y con la quiebra rondando por las redacciones de todos los periódicos del mundo, que por los bolsillos de muchos españoles ya andaba desde hace tiempo.
Y mientras esto sucede nos distraen con el tiro de Froilán, que el pobre debe estar más dolido por las veces que le han dicho ese nombrecito que por el tiro que se dio en el pie, con Rajoy corriendo por los pasillos del Congreso como alma que lleva el diablo, que tampoco me extraña, porque los periodistas polacos son mejores y además tienen la ventaja de que ni siquiera los entiende, el Bono pintándose cuadros caros sin enterarse que aunque la mona se vista de seda, mona se queda, con la reina que la pobre según algunas informaciones de digitales y libros ya tiene la Pascua hecha con una tal Corina, que además es alemana, que tiene cojones la cosa; y encima viene el marido y no se le ocurre otra cosa que irse a Botsuana, que sabrá dios donde está eso, a cazar elefantes, cuando los elefantes son de los pocos que a los españoles no nos han hecho nada,  y se cae destrozándose la cadera, que parece que era de lo poco que le faltaba por romperse. Así que supongo que se pondría en marcha el plan de desplazamiento que nos habrá costado un pico, con la que está cayendo, con su avioncito y todo, para que le operen en Madrid.
Y mientras tanto imagino, he dicho imagino, a la mala de la película, a Leticia por los pasillos de la Zarzuela como alma en pena diciendo aquello de "¿Donde me he metido?".
Pero claro la familia real parece que se lo toma todo con filosofía, porque para que iba a ir Juan Carlos a ver su nieto al hospital, como haría cualquier abuelo que se precie, si le estaban esperando los elefantes en África, y no sé si algo más, que ya nos enteraremos con quien iba acompañado su majestad. Para que se va a volver doña Sofía de Grecia para ver a su marido, como haría cualquier esposa, si no viene hasta el lunes, ya con la Pascua hecha.
¡Ojú que tropa!. Que todo esto me recuerda a una de las películas del inolvidable Berlanga.
Para terminar me gustaría decir que lo único que verdaderamente me da pena de esta situación son los pobres elefantes y que cada día tengo más claro que quiero que me represente alguien que si se va a cazar elefantes, a los cuatro años le pueda negar mi voto.