Lo de los bancos me
tiene negro, pero negro retinto, porque eso de que uno no estudiase económicas
para poder explicar y justificar lo injustificable que viene sucediendo es muy
duro.
Claro que me estoy
refiriendo a Bankia, a Rato, a los que lo nombraron y a la madre que los parió
a todos.
Yo no entiendo, y por
más que me lo expliquen no lo entenderé jamás, que Rato se vaya, lo echen o
vaya usted a saber; y todo quede como si nada. Vamos que ha dejado el banco mas
pelao que un geranio en noviembre, pero ha sido un gran gestor, ¡un maravilloso
gestor!, que la culpa de todo es de Zapatero, como no, de los sindicatos, el
gobernador del Banco de España, de los ciudadanos o del lucero del alba, que no
sé yo si también; pero él no, los que lo pusieron que ahora miran para otro
lado disimulando, tampoco. Ellos nunca se equivocan, a lo mejor es que como
también tienen al Rouco intercediendo...
Lo lógico es que Rato
cuando llegó al cargo hubiese dicho como se encontraba el banco, que todos nos hubiésemos
enterado que la cosa estaba de regular para peor, pero no. Ahora nos viene con
las rebajas, pero los demás en lugar de enchironarlo, aunque sea por inútil,
rumorean que lo premiarán con un carguito en Repsol, como si la empresa no
tuviera ya bastante con la presidenta de Argentina. ¡Desde luego...!.
Pero no se preocupen
aquellos que tengan en estima a Rato, que no le pasara absolutamente nada de
nada, que siempre se dijo aquello de perro no come perro y los lloriqueos que él
y sus amigotes andan soltando por los periódicos, radios y televisiones
diciendo que lo ocurrido es un castigo, un abandono de Rato por el Partido
Popular no son más que lagrimas de cocodrilos, porque al final sus amiguitos
terminaran castigándolo dándole una patada para arriba, pero a los pobres
desgraciaditos que tienen participaciones preferentes les darán viento fresco.
¿Un euro a que
termina siendo así?.
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