viernes, 2 de octubre de 2015

De sensibilidades

Desde que se inició el programa Gran Hermano, hace ya unos pocos de años, Telecinco y Mercedes Milá han ido presumiendo que es “la vida en directo”, pero quitando la primera edición, creo que en realidad ha sido la vida “que yo quiero” en directo”, y por supuesto que ese yo es Telecinco, Mediaset, la productora y la madre que los parió.
Yo seguí, y fui fanático de la primera edición del concurso, a partir de la segunda edición me fui aburriendo, cansando y “jartando”, por lo que veía y veo sólo algunos resúmenes, trocitos y poco más, pero cada día estoy más convencido que la casa esta mas guionizada que otra cosa, no porque le digan a los concursantes lo que deben decir o hacer, sino porque las imágenes pienso que se montan a gusto del consumidor, es decir Telecinco.
Ya lo que me ha fastidiado y molestado mucho han sido unas palabras de Mercedes Milá: "Cuando un concursante reproduce algunas palabras fuera de tono, el programa decide no emitirlas para no herir la sensibilidad de sus espectadores".
¿Mi sensibilidad?. ¿La sensibilidad de quien?. Déjense de tonterías, pamplinas y chominadas. No intenten justificar vuestra ñoña censura de lo políticamente correcto, con el deseo de no herir mi sensibilidad, bueno la mía no porque ya dije que no suelo ver el programa. Por cierto, no tengo ni idea de donde se han sacado ellos el aparato de medir la sensibilidad, pero debe ser algo así como el de Conchita pero a distancia, porque lo demás son suposiciones, esto hiere, esto no hiere, esto medio hiere. Y claro, en toda suposición está lo que piensa el que supone, y no el que tiene que ver el programa.
A ver, cuando una cadena se arriesga a hacer un formato que puede llegar a ser “peligroso” por las imágenes que pueden producir, por las palabras que pueden decir o las los actos que pueden hacer, debe hacerlo a calzón quitado y dejando que salga lo que salga, y que sean los espectadores los que decidan hasta donde quieren ver o no, porque resulta que encima de nuestras mesas tenemos un tiesto llamado mando, que cuando aparece algo que nos pueda herir, aprieto el botoncito y nos podemos ir a la cadena que nos dé la gana.

Por favor, aunque yo voy a seguir sin ver Gran Hermano y me afecta poco, les pido que no engañen a los espectadores, y menos con la paternalista y estúpida frase de “con el deseo de no herir la sensibilidad”. Si se decide meter a una serie de gente en una casa para que convivan, se debe poner todo, todo, todo lo que ocurra, pueda herir o no la sensibilidad, que lo otro es el timo de “la vida en directo”, pero menos.

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